Estudiosos del
Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el instituto de Investigación en
Recursos Cinegéticos (IREC), ambos del CSIC, han descubierto como el color
revela la calidad de las aves en función de su vida y el número de
descendientes. Los resultados que se obtuvieron han confirmado que los machos
con el pico y anillos oculares más rojos en su primer año vivían después más
años además dejaban más descendientes alrededor de toda su vida. La longevidad
y el número de descendientes son aquellos indicadores más objetivos que existen
de la calidad de un individuo.
La coloración
roja de muchos animales, incluyendo la perdiz roja, está producida por
pigmentos denominados carotenoides que se obtienen con la dieta. La teoría más
acertada sugiere que la evolución de estas coloraciones es consecuencia de la
selección sexual, que quiere decir que los animales más coloreados son
escogidos preferentemente por sus parejas porque dicha coloración señala que
son ejemplares de mayor calidad. “Los carotenoides, además de colorear, tienen
funciones antioxidantes, preservando la salud de los animales. Aparearse y
criar con animales con colores intensos supondría un beneficio para la pareja,
que obtendría más descendencia. Esto sería así porque el animal coloreado transmitiría
genes que favorecen la salud de sus descendientes porque, por encontrarse en
mejor estado físico colaboraran más en la crianza”. Contextualiza el
investigador del MNCN y director del proyecto, Carlos Alonso-Álvarez.
Un animal muy
rojo debería ser un animal de muy buena calidad, pero ¿Cómo es que se mide esa
calidad?. “Desde el punto de vista de la evolución, un animal de alta calidad
debería ser capaz de vivir mucho más tiempo dejando muchos descendientes.
Estudiar esto con animales salvajes es muy complejo ya que no conocemos la
historia completa de cada individuo”, aclara Alejandro Cantero primer autor del
trabajo”.
El equipo de
investigadores, para intentar resolver esto estudio la relación entre la
coloración roja de muchos machos de perdiz roja mantenidos en cautividad, su
longevidad y su capacidad de producir descendientes. “Hemos monitorizado la
vida de ejemplares que han llegado a vivir hasta 7 años, y efectivamente, las
aves más rojas eran más longevas y dejaban más descendientes, tal y como se
había predicho”, explica Alonso-Álvarez.
La coloración
roja de las perdices depende primeramente de carotenoides amarillos ingeridos
con la comida que después son transformados en rojos por el organismo. Esto
ocurre por medio de reacciones de oxidación que se producen dentro de las
células del animal y recientemente se ha sugerido que los colores rojos indican
la capacidad de cada individuo para hacer estas oxidaciones, acción que está
relacionada con el envejecimiento. “El hecho de que los machos más rojos vivan
más tiempo sugiere que estos mismos animales están más capacitados para
realizar las oxidaciones y evitar al mismo tiempo el estrés oxidativo”,
concluye Alejandro Cantarero.
Este es el
primer trabajo que demuestra una asociación entre coloración roja producida por
pigmentos carotenoides, y simultáneamente, la longevidad y la capacidad
reproductiva durante toda una vida en una especie animal.
Nota de prensa:
CSIC
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