El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) participó en un estudio, el cual revela que el hábitat puede jugar un papel importante dentro de la evolución de las especies.
Los estudiadores han observado una convergencia en ejemplares de ranas de las islas del Caribe, que aunque tienen historias de evolución separadas se han adaptado a un ambiente de forma similar. Los resultados de este trabajo se han publicado en la revista Ecology Letters.
“Se tiende a ver la evolución como un proceso dominado por el azar, que las mutaciones que se van acumulando en las cadenas de ADN, que pueden afectar al aspecto externo, la fisiología o el comportamiento de los individuos, son impredecibles. Pero nuestro hallazgo demuestra que hay un proceso de convergencia”, explicó el investigador del CSIC Carles Vilà, que trabaja en la Estación Biológica de Doñana.


Viven al menos 200 especias de ranas en las islas del Caribe. De todas ellas, unas 167 especies pertenecen al género Eleutherodactylus y derivan de un único ancestro que colonizó estas islas hace unos 20 millones de años.
Como describe el investigador: “La reconstrucción que hemos llevado a cabo de las relaciones evolutivas entre estas especies muestra que a partir de ese momento tuvo lugar lo que se conoce como una radiación adaptativa, es decir, este linaje de anfibios se diversifico a medida que colonizaba las distintas islas y hábitats. Así hoy se pueden encontrar algunas ranas arborícolas que desarrollan su vida dentro de bromelias; mientras otras son acuáticas, y tienen largas extremidades, las hay cavernícolas, que destacan por ser grandes, y por otro lado están las que viven entre la hojarasca, que suelen ser de pequeño tamaño”.
La razón de la gran capacidad que tiene este grupo de ranas para ocupar hábitats tan distintos, indica Vilà: “puede deberse a que de sus huevos salen pequeñas ranas en vez de renacuajos, que requieren del agua para su desarrollo.
Esto hace que no dependan de la presencia de un medio acuático para su reproducción y facilita, la colonización de hábitats terrestres muy diversos”.
Para este estudio se han analizado datos morfológicos de cerca de 2000 ranas del genero Eleutherodactylus procedentes de las islas de Cuba, La Española, Jamaica, Puerto Rico, Bahamas o las Antillas Menores, y depositadas en colecciones científicas de varios países.

Los lagartos “Anolis”

El estudio supone un nuevo caso de evolución replicada ya que durante varias épocas se ha estudiado también en las islas del Caribe el caso de los lagartos del género Anolis, que han demostrado similitudes entre especies que usan el mismo hábitat a pesar de estar en islas distintas.
“Esta coincidencia de radiaciones paralelas en grupos animales muy diferentes muestra la importancia de las islas como marco para comprender los procesos que han llevado al origen de la biodiversidad. Quizás nos aporten pistas para comprender la importancia la selección para comprender la importancia de la selección para predecir hacia dónde va a ir la evolución”, concluye el investigador.

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