El agua, elemento vital para nuestra vida, representa un 71% de toda la superficie terrestre. Sin embargo, gran parte de ese porcentaje se encuentra contaminado. Es allí donde entra el tratamiento de aguas, un conjunto de procesos de tipo físico, químico o biológico con la finalidad de remover y reducir los elementos contaminantes presentes en las aguas –sean naturales o residuales. Por supuesto, cada tratamiento varía dependiendo de las propiedades del tipo de agua que se esté tratando además del destino final de la misma. A continuación, veremos los tratamientos de aguas más comunes. 

¿Cuáles son los tratamientos de aguas?
Se considera que una masa de agua está contaminada cuando deja de ser óptima para la bebida y consumo humano, cuando los seres acuáticos ya no pueden habitar en ella, cuando no puede destinarse a ningún tipo de aplicación industrial y cuando el uso recreativo se torna desagradable o incluso peligroso. Por ello, existen los siguientes tratamientos de agua:
  • Tratamiento de agua potable
    Abarca el conjunto de estructuras mediante las cuales se trata el agua para que pueda ser consumida por los seres humanos. Existen unos principios básicos que toda tecnología potabilizadora debe cumplir: combinación de barreras múltiples para que el riesgo sea bajo, tratamiento integrado para producir el efecto esperado y tratamiento por objetivo (una etapa, un tipo de contaminante).
  • Tratamiento de aguas residuales
    Las aguas residuales son aquellas que provienen de actividades industriales, agrícolas y de uso doméstico o urbano. Dentro de estos tratamientos se pueden mencionar la precipitación, neutralización, oxidación química y biológica, reducción, filtración y ósmosis. El tratamiento de aguas residuales de origen urbano, cuenta con varios tipos: 
  1. El pre-tratamiento, donde se busca acondicionar el agua residual para facilitar los tratamientos como tal, evitando así las erosiones y taponamientos. Los equipos más utilizados en esta etapa son: el desbaste (eliminación de los sólidos grandes), el desarenador (separación de material terroso y arenoso no orgánico) y el desgrasador (extracción de las grasas).
  2. Tratamiento primario o físico-químico, reduce la materia presente mediante diversos tipos de oxidación química, tales como: flotación (ideal para remover aceites y grasas) y coagulación-floculación (ideal para partículas muy pequeñas que no se sedimentan).
  3. Tratamiento secundario biológico, busca erradicar la contaminación orgánica que ya está disuelta. Constituido por la oxidación aerobia de las variantes de la materia orgánica o anaerobia en digestores cerrados.
  4. Tratamiento terciario, puede ser físico-químico o biológico pues utiliza las mismas técnicas ya mencionadas anteriormente pero esta vez destinadas a afinar el resultado final. 

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