A diario convivimos con miles de silenciosos agentes que pueden causarnos graves malestares o que poco a poco van socavando el bienestar de nuestros organismos. Las bacterias pueden ser peligrosos o beneficiosos y no podemos percibirlos a simple vista, pero sin duda se encuentran presentes en nuestra cotidianidad. Nuestra piel es la portadora perfecta para estos seres, siendo específicamente nuestras manos una incubadora donde pueden desarrollarse y mantenerse si no conservamos un buen cuidado y óptima higiene.
Manos sucias y la proliferación de bacterias
Desde permitirnos agarrarnos en el transporte público para no caernos, hasta saludar a nuestros conocidos, las manos nos permiten ejercer las tareas más diversas a diario. Esto hace que constantemente se ensucien (sin que siquiera muchas veces lo notemos) y, aprovechándose de ello, las bacterias encuentran un ecosistema perfecto en el cual desarrollarse. Todo esto con la ayuda de nuestro calor corporal. Una de sus zonas predeterminadas de proliferación es la que se encuentra entre la piel y las uñas.
A diario convivimos con cientos de ellas, llegando a encontrarse, en promedio, unas 150 especies distintas de bacterias en nuestras manos. Hasta la fecha se han registrados más de 4,700 especies diferentes, logrando un amplio catálogo del cual debemos cuidarnos.
Vale aclarar que no todas las bacterias son malas. En muchos casos la presencia de las mismas es indispensable para nuestro organismo, permitiendo un buen desarrollo del sistema inmunológico.
- Estafilococos
Se encuentran principalmente en la piel y mucosa de humanos y animales. Crecen con relativa facilidad en medios bacteriológicos. Son las culpables de diversas enfermedades comunes, tales como la diarrea, el vómito, problemas dermatológicos y forúnculos.
- Micrococos
Desarrolladas y transmitidas a través del contacto con el agua y el suelo. Raramente puede relacionarse con enfermedades graves, pero son las culpables del desagradable olor que puede llegar a poseer el sudor.
- Serratia
Poseen una pigmentación rojiza que las diferencia de otras especies. En instancias hospitalarias, suelen desarrollarse en los tractos urinarios y respiratorios. También han sido asociadas a la proliferación de artritis y la infección de heridas.
Prevención
La mejor manera de prevenir la proliferación de bacterias que pudieran perjudicar nuestra salud, es manteniendo una óptimo higiene corporal. Desde pequeños nuestros padres y distintos responsables de la salud nos dan una herramienta indispensable para cuidarnos: lavar nuestras manos constantemente. Muchas veces lo pasamos por alto, pero es de suma importancia que pongamos en práctica este hábito en nuestro día a día.
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