Cuando los animales tienen crías pueden ocuparse de ellas o centrar su energía en su futura progenie. En el caso de los escarabajos enterradores o necróforos (Nicrophorus vespilloides), los machos ayudan a las hembras a alimentar a su descendencia alojada en el interior de los cadáveres que han enterrado previamente. Sin embargo, hasta ahora los científicos desconocían cómo se equilibraba la demanda nutricional de las larvas y la actividad sexual de los padres.

Según un estudio publicado en la revista Nature Communications, cuando las crías aún necesitan cuidados, las hembras de escarabajo enterrador (Nicrophorus vespilloides) liberan una feromona antiafrodisíaca que reduce los intentos de apareamiento por parte de los machos. Este hallazgo arroja por primera vez luz sobre cómo los insectos modifican su comportamiento para proporcionar cuidado parental.

Escarabajo hembra N. vespilloides alimentando a sus larvas.


El equipo de investigadores alemanes, liderado por la Universidad de Ulm en Alemania, analizó los comportamientos de reproducción, los perfiles hormonales y la producción de huevos, entre otros, de unos 400 escarabajos recogidos en un bosque de Alemania, y demostró que las hembras exhiben una infertilidad temporal –mediada por la hormona juvenil III– mientras sus crías aún requieren cuidado parental.

En ese momento, los machos perciben una señal química volátil similar a la hormona mencionada que les hace aparearse menos. Esta abstinencia sexual permite a los padres invertir más recursos en las larvas que se están desarrollando.

Fuente: SINC
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