La
apnea del sueño es un trastorno en
el que la respiración es interrumpida o se torna muy superficial –puede
interrumpirse por tan solo unos segundos o varios minutos.
Como
se trata de un problema que ocurre durante la noche, afecta el ciclo de sueño
del paciente; por tanto, las personas que padecen de apnea tienen más riesgo de
sufrir accidentes de tránsito o laborales pues pasan el día somnolientas.
Veamos
un poco más sobre este trastorno y a quiénes puede afectar.
Apnea del sueño y sus tipos
Hoy
en día se le llama síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS u OSAS, por
sus siglas en inglés) o simplemente síndrome de apnea del sueño, pero se
recomienda usar el término SAHS, síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño,
que es más específico.
Existen,
además, los siguientes tipos de apnea
del sueño:
· Apnea
obstructiva, ocurre cuando se bloquea el paso del aire por la relajación de los
tejidos blandos en la garganta. Se acompaña de fuertes ronquidos que pueden
llegar a detener el paso del aire por completo.
· Apnea
central, ocurre cuando el cerebro –debido a una anomalía en los centros
respiratorios– deja de enviar estímulo
respiratorio por períodos cortos de tiempo.
· Apnea
mixta, aquella que inicia como una apnea central y va adquiriendo
características de una apnea obstructiva.
¿A quiénes ataca y por qué?
En
general, nuestra garganta suele mantenerse lo suficientemente abierta como para
permitir el paso del aire mientras dormimos pero en algunas personas esto no
ocurre.
Puede
deberse a diversos factores, dependiendo de la persona: obesidad, garganta
estrecha, una lengua tan grande que se retrae y bloquea la vía respiratoria, un
maxilar inferior más corto que el superior, el uso de cuello o collarín grande,
amígdalas y adenoides grandes que bloquean la vía.
También
el dormir boca arriba puede aumentar la probabilidad de tener episodios de apnea del sueño.
La
mayoría de las personas que sufren de este síndrome son hombres (tres a uno en
comparación con las mujeres). A las féminas no les afecta tanto debido a un
factor hormonal que desaparece tras la menopausia.
Para
prevenir la apnea del sueño se
recomienda evitar el alcohol y sedantes ya que éstos relajan de más el sistema
nervioso.
Por
supuesto, llevar una dieta saludable es de vital importancia al igual que no
fumar cigarrillos.
Entre
las recomendaciones encontramos el uso de almohadas especiales y evitar dormir
boca arriba.
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