Un grupo de investigadores del Museo Nacional de
Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) junto a otras instituciones explican cómo las
variaciones ambientales y los cambios geológicos de los últimos diez millones
de años han determinado la distribución y división de las especies de plantas
que forman el género Stauracanthus, también conocidos como tojos.
S. boivinii, S. genistoides y S. spectabilis son las tres especies que forman
este género de arbustos espinosos que se distribuyen en zonas áridas
próximas al mar en el suroeste de la Península Ibérica y el norte de África.
Junto con el género Ulex, son las plantas que comúnmente se conocen como tojos y juegan un papel fundamental en sus áreas de distribución. “Además de
fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo y retener de manera eficiente la arena
en las dunas, permiten el desarrollo de comunidades más complejas gracias a
que aumentan la materia orgánica del suelo y actúan protegiendo las plántulas
de otras especies bajo su copa”, contextualiza Joaquín Hortal, investigador del
MNCN.
Para este estudio han analizado los requerimientos ambientales y la
genética de las poblaciones de estas tres especies. “Hemos comprobado cómo
se produjo el fenómeno de especiación, es decir, el desarrollo de las tres
especies. A lo largo de miles de años diferentes individuos de una misma
población se fueron adaptando a temperaturas y suelos diferentes, aislándose
reproductivamente y dando lugar finalmente a las tres especies que conocemos
hoy”, explica Sergio Chozas, investigador del cE3c de la Universidad de Lisboa
y del MNCN.
Estas plantas están adaptadas a veranos muy secos en áreas costeras
donde la variación anual de la temperatura es menos acusada que en otras
zonas mediterráneas. Responden de manera parecida a las variaciones de
temperatura pero viven en diferentes tipos de suelos: S. boivinii prefiere zonas
con arena de grano grueso mientras S. genistoides, que soporta veranos más
secos, y S. spectabilis, adaptada a veranos más suaves, crecen sobre dunas
de arena fina. Estas ligeras diferencias provocan que las tres especies crezcan
en áreas contiguas pero no juntas en la misma localidad, es decir muestran una
distribución parapátrica.
El clima y la geología como creadores de especies
Las relaciones evolutivas indican que la diversificación de Stauracanthus fue
el resultado de las complejas fluctuaciones ambientales y geológicas que se
produjeron en el Mediterráneo occidental entre el Mioceno y el Pleistoceno
(hace entre 20 millones de años y 100.000 años). Según los datos obtenidos,
los ancestros de estas especies expandieron su rango de distribución hasta
que la formación del mar de Alborán, seguida de la Crisis de Salinidad del
Mesiniense y la apertura del Estrecho de Gibraltar al final del Mioceno (hace
seis millones de años), fragmentaron sus poblaciones.
En función de cómo afecte el cambio climático a sus áreas de distribución, S.
spectabilis, la especie adaptada a veranos más suaves y con menor área de
distribución, estaría más amenazada que sus congéneres.
Fuente: MNCN
Investigación aquí

¡COMENTA!: