Un estudio, publicado en la revista ZooKeys, documenta la existencia de siete nuevas especies de caracoles terrestres entre los que se encuentra el bautizado como Angustopila dominikae que, con su concha de 0,86 mm en su mayor diámetro, podría ser el más pequeño del mundo descubierto hasta la fecha.
Al examinar muestras de suelo recogidas en una base de rocas de piedra caliza en la provincia de Guangxi (China), un equipo de científicos, liderado por la Universidad de Shinshu (China), encontró varias conchas vacías de color gris claro, todas de una altura menor a 1 mm.
A pesar de los pocos casos de especies que muestran este grado de pequeñez, el equipo documentó entre los siete nuevos caracoles de tierra el molusco de récord, Angustopila dominikae y otro solamente un milímetro mayor, Angustopila subelevata, de 0,87 mm.
En la investigación, el equipo también mostró los desafíos a los que se enfrentan los científicos que investigan pequeños moluscos, ya que encontrar ejemplares vivos sigue siendo una tarea difícil.
Por este motivo, las relaciones evolutivas entre estas especies, así como el número de variedades existentes, son aún poco conocidas.
"Los extremos en el tamaño del cuerpo de los organismos no sólo atraen la atención del público, sino que suscitan interés en cuanto a su adaptación al entorno", afirman los investigadores.
Según los expertos, "estudiar los caracoles de tierra de conchas diminutas es importante para evaluar la biodiversidad y la historia natural, así como para establecer las bases para el estudio de la evolución del enanismo en los animales invertebrados".
Al examinar muestras de suelo recogidas en una base de rocas de piedra caliza en la provincia de Guangxi (China), un equipo de científicos, liderado por la Universidad de Shinshu (China), encontró varias conchas vacías de color gris claro, todas de una altura menor a 1 mm.
A pesar de los pocos casos de especies que muestran este grado de pequeñez, el equipo documentó entre los siete nuevos caracoles de tierra el molusco de récord, Angustopila dominikae y otro solamente un milímetro mayor, Angustopila subelevata, de 0,87 mm.
El Angustopila dominikae cabría diez veces en el ojo de una aguja. |
En la investigación, el equipo también mostró los desafíos a los que se enfrentan los científicos que investigan pequeños moluscos, ya que encontrar ejemplares vivos sigue siendo una tarea difícil.
Por este motivo, las relaciones evolutivas entre estas especies, así como el número de variedades existentes, son aún poco conocidas.
"Los extremos en el tamaño del cuerpo de los organismos no sólo atraen la atención del público, sino que suscitan interés en cuanto a su adaptación al entorno", afirman los investigadores.
Según los expertos, "estudiar los caracoles de tierra de conchas diminutas es importante para evaluar la biodiversidad y la historia natural, así como para establecer las bases para el estudio de la evolución del enanismo en los animales invertebrados".
Fuente: SINC
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