Los arqueólogos de la Universidad de Basilea descubrieron huevos de parásitos intestinales en muestras de un antiguo asentamiento Céltico, donde llegaron a la conclusión de que su población vivía en malas condiciones sanitarias. El uso de métodos geoarqueológicos encontraron tres tipos diferentes de parásitos.
Como parte de un proyecto internacional, los investigadores del Centro Integral de Prehistoria y Ciencias Arqueológicas (IPAS, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Basilea examinaron muestras del asentamiento Céltico "Basel-Gasfabrik", lo que hoy es Novartis. El asentamiento fue habitado alrededor de los 100 años antes de Cristo. Se hallaron los huevos de lombrices (Ascaris sp.), Tricocéfalos (Trichuris sp.) y trematodos hepáticos (Fasciola sp.). Los huevos de estos parásitos intestinales fueron descubiertos en el relleno de almacenamiento de unos pozos de 2.000 años de antigüedad de la Edad de Hierro.
La presencia de los huevos de parásitos no se hallaron en un medio húmedo, como suele ser lo normal. En cambio, un método basado en geoarqueología se aplicó, mediante secciones delgadas micromorfológicas, que permiten a los huevos del parásito ser capturados directamente en su configuración original. Esto ofreció nuevos conocimientos sobre las enfermedades provocadas por parásitos en el asentamiento de la Edad del Hierro.
Los huevos de los parásitos se observaron en excremento humano y animal (coprolitos). Se mostró que algunos individuos eran cargaban varios parásitos al mismo tiempo.Los arqueólogos también mostraron que los huevos de los parásitos intestinales se lavaron con agua y se dispersaron en el suelo. Esto sugiere malas condiciones sanitarias en la antigua comunidad Céltica, en la que los seres humanos y animales convivían. Al mismo tiempo, la distribución de los huevos de parásitos indica posibles vías de transmisión dentro y entre especies.
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