Los chimpancés Kozena y Penélope, del Ngogo Chimpanzee Project,
en Uganda./ Foto: Kevin Langergraber
|
Los chimpancés y los bonobos, las dos especies de grandes simios más cercanas a los seres humanos, se cruzaron hace cientos de miles de años, según revela una investigación internacional liderada por investigadores del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Hace entre 1.5 y 2 millones de años, la evolución dividió el género de los chimpancés en dos especies: los chimpancés (Pan troglodytes) y los bonobos (Pan paniscus), dos especies con fuertes diferencias físicas y conductuales. Hasta hoy se creía que no se habían cruzado debido al río Congo, que separa la distribución geográfica de las dos especies. Ahora, este nuevo estudio revela por primera vez que sí hubo cruzamientos entre las dos especies de chimpancés, de manera similar a lo que ocurrió entre humanos y neandertales, según explica el investigador Tomàs Marquès-Bonet, líder del Laboratorio de Genómica Comparativa del Instituto de Biología Evolutiva.
En este trabajo se han estudiado 75 genomas completos de chimpancés y bonobos de diez países africanos, desde Guinea a Tanzania. Los resultados tienen una aplicación inmediata en la conservación de estas especies, ya que permiten detectar el origen de muestras procedentes del tráfico ilegal, según indican los investigadores.
Los investigadores han podido observar además que los chimpancés de África central y oriental comparten más material genético con los bonobos que otras poblaciones de chimpancés. Se cree entonces que el cruce entre bonobos y chimpancés se produjo en dos episodios: uno hace medio millón de años y otro, más reciente, hace 200.000 años.
“Muchos chimpancés son víctimas cada año del tráfico ilegal. Nuestros datos revelan un estrecho vínculo entre la geografía y la diversidad genética, lo que significa que cuando un chimpancé es, por ejemplo, retenido en la aduana, una muestra de ADN nos puede ayudar a revelar su origen geográfico y de este modo podemos retornar los individuos a su país”, dice Christina Hvilsom, investigadora del Zoo de Copenhague.
Fuente: CSIC
Investigación aquí
¡COMENTA!: