Los amniotas son un grupo de vertebrados tetrápodas –cuentan con cuatro extremidades– que se caracterizan por el hecho de que su embrión cuenta con cuatro membranas: corión, alantoides, amnios y saco vitelino. Por su parte, son aquellos vertebrados que no desarrollan la membrana amnios: su nombre significa, literalmente, sin amnios. Los anamniotas son los peces y los anfibios, mientras que el resto de los vertebrados son amniotas.


¿Cómo se diferencian los huevos amniotas y anamniotas?
Ya sabemos que unos cuentan con una membrana y otros no pero ¿cómo afecta esto realmente el desarrollo del huevo? 
  • En primer lugar, cabe destacar que no se altera para nada la estructura externa del huevo, por lo que en ambos casos la cáscara será lo suficientemente fuerte como para proteger al vertebrado en formación. Sin embargo, las membranas del huevo amniota ofrecen un mayor cuidado pues pueden proteger al embrión gracias a la presencia de abundante líquido amniótico que puede actuar como amortiguador.
  • Segundo, los huevos amniotas surgen de fertilización interna entre los progenitores y luego son depositados en el medio ambiente o, en algunas ocasiones, retenidos por la hembra hasta el nacimiento. Los que se desarrollan en el exterior son capaces de sobrevivir por sí mismos, es decir que este tipo de huevo es más independiente que uno anamniota pues está mejor preparado e incluso logra captar oxígeno de su medio ambiente. 
  • La presencia de un saco vitelino más grande proporciona más espacio para el intercambio de gases y posibilita que los huevos sean de mayor tamaño.
  • También es importante acotar que en los anamniotas la embriogénesis consume gran cantidad de oxígeno y durante este proceso la concentración de la deshidrogenasa láctica desciende durante la fertilización y va aumentando con la morfogénesis.


Origen
No cabe duda, entonces, de que los huevos amniotas cuentan con grandes ventajas en comparación con los anamniotas. Nos preguntamos, entonces ¿cómo surgieron? Se cree que los primeros vertebrados amniotas manaron durante el período Carbonífero Superior, descendiendo de los tetrápodos reptiliformes. Su origen también está relacionado con la transición de los anfibios al medio terrestres ya que los huevos eran depositados en ambientes fangosos; por tanto, los huevos necesitaban una características nuevas que los ayudaran en este nuevo entorno. De esta manera, estos huevos que en un principio escaseaban por la presión de la selección ambiental lograron adaptarse y convertirse en huevos de gran tamaño, mucho mejor adaptados para las circunstancias. 

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